Así como nuestros gustos en ropa, cine o literatura cambian, la decoración no se queda atrás. Lo que estuvo de moda hace unos años o incluso durante este 2025, hoy empieza a cansar. En 2026, muchas de las tendencias que hemos visto dominar el panorama van perdiendo terreno para ser reemplazadas por modas que apuestan por la calidez y la practicidad. Si estás pensando en renovar tu hogar, aquí tienes cinco estilos y elementos decorativos a los que conviene ir diciendo adiós.
Durante gran parte de los últimos años los grises fríos, los blancos eléctricos y los ambientes ultra minimalistas fueron sinónimo de pulcritud y luminosidad. Espacios monocromáticos y diseños impolutos dieron lugar a una marcada tendencia a la cual hoy decimos adiós.
En 2026, vamos a reemplazar esta visión pulida de la decoración por un equilibrio más cálido y acogedor. Predominarán los colores cálidos, los neutros con matices crema, arena, caramelo, los verdes apagados y los tonos tierra. Buscamos entornos con un tinte hogareño, conectados a la naturaleza y alejados de colores fríos.
Si amas el gris, no lo descartes del todo: puede seguir presente en acentos cromáticos o en elementos secundarios, combinado con materiales cálidos, madera, texturas suaves.
En la misma línea de lo que te comentábamos en el punto anterior, nos preparamos para decir adiós a los ambientes totalmente neutros. Los espacios decorados solo con neutros muy suaves carecen de vida propia. Aunque estos colores vuelven como tendencia en 2026, lo hacen siempre combinados con tonalidades cálidas, toques de color y elementos que tengan un sello personal.
Este nuevo año pide a gritos espacios decorados con autenticidad, no con perfección. Por eso, es importante experimentar, añadir contrastes, contar nuestra propia historia y narrar nuestra personalidad en el lugar que habitamos.
Las terminaciones angulosas y de aspecto ultramoderno ya no se llevan. Durante algún tiempo, los sofás rectangulares o las mesas de bordes afilados fueron sinónimo de un diseño contemporáneo. Sin embargo, en 2026 esa rigidez se percibe demasiado fría y poco habitable. En esta temporada, queremos hogares donde podamos sentirnos relajados y cobijados. Y para ello, nada mejor que las formas curvas y suavizadas.
Por este motivo, el mobiliario de líneas rectas extremas cede terreno frente a diseños redondeados y estructuras más amables. Además, cabe mencionar que las formas orgánicas resultan más cómodas, transmiten calidez y acompañan mejor el movimiento natural del cuerpo. Nada más agradable que una tarde de lectura en una butaca mullida de terminaciones curvas.
Aunque los materiales como la madera oscura o el mármol negro fueron tendencia en 2025, en 2026 nos preparamos para decir adiós a esta moda. Los muebles con barnices muy gruesos, lacados pesados y acabados muy “perfectos” ya no serán los preferidos de diseñadores y arquitectos. Lo que hoy buscamos es una elegancia más natural y ligera, incluso fresca.
Esto no significa que diseñemos interiores poco sobrios o con ese toque elegante y serio de los colores oscuros. Son tonos que pueden seguir presentes, pero siempre matizados con texturas más suaves y combinados con superficies claras que equilibren el conjunto.
En los últimos años, las plantas abiertas han sido las favoritas de las reformas modernas. Las cocinas se unieron al salón, los comedores se integraron completamente, e incluso el baño pasó a formar parte del dormitorio. Y es que la idea de amplitud y los entornos diáfanos es, sin duda, atractiva.
Sin embargo, el open concept no siempre funciona ni es para todo tipo de viviendas. El ruido, los olores, la falta de intimidad y la imposibilidad de crear rincones personales han hecho que muchos se replanteen este modelo. En su lugar, en 2026 vamos a preferir las cocinas semiabiertas o los salones con separaciones sutiles. Tampoco se trata de volver a cerrar los espacios por completo: buscamos flexibilidad, puertas correderas o listones de madera.
