Básicamente, sus conceptos son los mismos, aunque que con algunas variantes que le otorgan esa calidez que se pretende con el minimalismo cálido. Muy en boga en las últimas temporadas, si quieres este estilo minimalista en tu hogar, debes tener en cuenta al menos estas cinco claves:
Al igual que el minimalismo más tradicional, el minimalismo cálido aboga por los tonos neutros. Pero si el primero se centraba en los colores más fríos, como el blanco o el gris, al cálido le gustan más los tonos tierra. En todo su espectro. Del beige más claro al marrón, pasando por los tonos arena y terrosos.
Unos tonos más cálidos que van acompañados de una mayor textura. Ya sea en suelos como en paredes. Priorizando los suelos de madera, en sus tonalidades más claras, o el microcemento, y resaltando las paredes con algo de textura. Una textura que puede venir de acabados con arena, cemento o arcilla, o de papeles pintados con cierto tacto, pero siempre lisos. Al minimalismo cálido, al igual que a su predecesor, no le gustan mucho los estampados. Si los hubiera, estos han de ser pequeños y discretos.
En la búsqueda de esa calidez que se pretende, al minimalismo cálido le gustan los materiales naturales, como la madera. Eso sí, en sus tonalidades más claras o incluso pintadas de blanco o beige. Esa combinación madera y blanco es uno de sus combos preferidos.
Del mismo modo, también quiere otros elementos como las fibras naturales, en forma de alfombras, colgantes o cestas donde guardar cojines y mantas.
En este sentido, tiene grandes similitudes con el estilo nórdico, en el que lo natural está muy presente, así como la funcionalidad de los elementos que componen la decoración. No hay nada que sobre, todo es necesario. Y lo que no lo es, sobra en ese espacio.
En relación con los muebles, el minimalismo cálido apuesta también por el ‘menos es más’. Por lo que quiere muebles sencillos, de líneas depuradas y poco ornamentadas. A este estilo le gusta la sencillez y la funcionalidad. La diferencia radica en que sus muebles son más orgánicos, de formas más sinuosas y redondeadas, para dar un toque diferente sin resaltar.
Unos muebles que no deben ocupar mucho espacio, ya que al minimalismo cálido le gustan los lugares despejados, más bien vacíos, en los que se pueda circular con fluidez, sin elementos que entorpezcan, y que luzcan espaciosos y luminosos.
Pocas cosas aportan tanta calidez en un espacio prácticamente vacío como la entrada de luz natural. Esa luz del sol se ha de aprovechar, sea como sea. Algo que debe maximizarse sí o sí en un estilo minimalista cálido.
Tu hogar debe aprovechar al máximo la luz del sol, evitando entorpecer su entrada con objetos situados frente a las ventanas o con cortinas demasiado opacas. Estas deben ser traslúcidas y ligeras, preferentemente de tejidos naturales como el lino o el algodón.
Al caer la noche, el sol debe ser sustituido por una iluminación que lo recuerde. Es decir, con una luz cálida, incluso algo tenue, con la que conseguir espacios cálidos y acogedores.
Al minimalismo tradicional los muebles o elementos de diseño le apasionan, y al minimalismo cálido también. Tener alguna pieza de diseño es una de sus características. Sin embargo, esas piezas tan especiales en el caso del minimalismo cálido, en ocasiones se transforman en bonitas piezas de artesanía. Piezas de cerámica, obras de arte, objetos de barro o de cristal soplado…Al fin y al cabo también son piezas únicas, pero con cierto toque más acogedor y hogareño, que le confieren a la decoración un aspecto más cálido.