Eugenia Bertolotto, diseñadora de Livitum, ha conseguido, en un espacio de tan solo 16,50 m², crear un coqueto salón que incluye además un rincón de lectura. La elección de unos muebles de formas redondeadas, como el sofá de tres plazas de borreguito o la mesa auxiliar, hacen que el espacio cobre fluidez. La decoración vertical, aprovechando la altura de los techos, con una balda, o la distribución asimétrica de los cuadros sobre el sofá, aporta un plus de almacenaje y dinamismo. Mientras que la elección de colores muy alegres, son los que consiguen que el lugar sea muy encantador y coqueto.
Su distribución ha sido tan pensada, que incluso hay espacio para un pequeño rincón de lectura, con una bonita butaca en rizo blanco y una lámpara de pie en latón y vidrio opalina.
En este otro proyecto de Livitum, Paula Alonso ha conseguido que un salón, un comedor y una cocina compartan el pequeño espacio del que se dispone. El truco está en el uso de elementos ligeros que hacen que el espacio fluya. Con un separador muy sencillo entre la zona de la cocina y el espacio donde va el televisor, con una mesa de centro de cristal que visualmente ocupa menos espacio o con una mesa de comedor circular que permite una mejor circulación por el espacio. El uso de colores neutros, como el gris o beige, combinados con una madera de tono muy claro, también ayudan a engrandecer el espacio.
A pesar de la forma alargada del salón y de sus pocas dimensiones, de tan solo 16,40 m², la diseñadora Sofía López ha conseguido crear un espacio acogedor en el que el llamativo tono verde del sofá se lleva todas las miradas.
La continuidad y la unificación de espacio entre el salón y el comedor ha sido posible gracias a la incorporación de un mueble alargado a dos niveles que recorre todo el espacio, así como la elección del mismo color entre el sofá y las sillas del comedor. Un comedor que relativamente ocupa poco espacio en comparación con el salón, ya que se ha elegido una mesa circular que permite una mejor circulación por la zona, maximizando los metros cuadrados.
Tan solo 11 m² han sido suficientes para crear un funcional y bonito salón comedor. Para lograrlo se han aplicado todas las técnicas decorativas que optimizan el escaso espacio. Por un lado, unas estanterías muy ligeras para dar fluidez al espacio. Por otro lado, una mesa de comedor circular que ocupa mucho menos espacio. Un sofá, que además es cama, y unas mesas de centro asimétricas, combinadas con un bonito puff, crean una práctica zona de descanso. Para cohesionar todo el espacio, se ha usado un llamativo color verde, usado en cuadros, cojines y tapicería, y un par de paneles de listones de madera en la pared, ubicados en la zona del sofá y en la zona del comedor.
Los escasos 13 m² de este otro salón no impiden que tenga mucho almacenaje, que permite tenerlo todo perfectamente organizado. En una de las paredes se ha instalado una bonita librería para albergar muchos libros. Frente a ella, se ha optado por un mueble bajo donde ubicar el televisor y por un pequeño armario con las puertas en verde. Un color que se repite en un par de sofás de dos plazas y en una bonita alfombra, de manera que el color cohesiona la decoración.
En el espacio tampoco falta una pequeña mesa auxiliar y un puff, para obtener más asientos, así como un par de plantas que, además de compartir color con el diseño, añaden una dosis de frescura a la estancia.
¿Cómo se consigue que un espacio de tan solo 11,26 m² sea un elegante salón sereno y relajado? Pues usando tonos neutros y sobrios, tanto para las paredes como para el sofá. Un tono claro que amplifica el espacio gracias a la gran entrada de luz natural que aportan unos grandes ventanales. Unas ventanas, por cierto, vestidas con cortinas de lino, que facilitan tener mucha más luz.
Otro truco, usar un par de muebles en el salón con los estantes abiertos para dar más sensación de ligereza al espacio. Así como un espejo en la zona del comedor, para que ayude a reflejar la luz y también amplifique el espacio.
El toque de color lo pone una bonita alfombra de un elegante color azul con líneas en blanco, y unas obras de arte en la pared con los mismos tonos a juego.
Otra forma de conseguir que un espacio pequeño resulte más atractivo es jugando con las formas. Un original sofá de forma ovalada, una mesa de madera de mango con pilares asimétricos y forma también ovalada, o un mueble para el televisor con los cantos redondeados, crearán mayor fluidez de espacio, pero también le otorgarán carácter a la estancia.
El tándem blanco y negro es el elegido por Mauricio Troncoso para diseñar ese pequeño salón de 16 m², que cuenta con cocina abierta y en la que el cliente quería incorporar también una mesa de escritorio.
Cada rincón ha sido perfectamente aprovechado, consiguiendo que visualmente el espacio parezca mucho más grande de lo que es, gracias al uso de tonos claros y de elementos ligeros de metal que le aportan carácter sin ocupar demasiado.
La zona de escritorio también sigue el mismo diseño, con una mesa con las patas de acero en negro, una silla en gris oscuro y una estantería alta de madera de roble que aporta un plus de almacenaje.
La distribución de este pequeño salón, que también cuenta con una columna en medio, parecía imposible. Sin embargo, Eugenia Bertolotto lo ha solucionado con maestría. Ha sido capaz de incorporar un salón, un comedor y una cocina abierta, consiguiendo que además resulte acogedor, funcional y cálido.
¿Cómo? La propia columna estructural se ha aprovechado para delimitar las zonas y separar el salón del comedor. La zona de descanso cuenta con mucha luz natural, lo que ha facilitado poder añadir una pared de acento en gris, que añade sofisticación al espacio. En la zona del comedor, se ha incorporado un gran espejo de ventana, que ayuda a reflejar y agrandar el espacio, así como un par de espejos más pequeños, situados sobre una cómoda, que también hacen lo mismo. Sencillas técnicas decorativas que crean grandes espacios en lugares pequeños.
En ocasiones al poco espacio disponible se le une una planta un tanto rara, con algún rincón, a priori inservible, que hay que aprovechar. Ese es el caso de este otro proyecto de Livitum. En uno de esos rincones se ha optado por incorporar un pequeño comedor con mesa circular de cristal, para que ocupe menos espacio. Para darle un toque más especial se ha incorporado un bonito papel pintado para resaltar la pared.
En la zona del salón, la madera es la protagonista para crear un ambiente muy acogedor. Una madera que aparece en unos paneles de listones de madera puestos estratégicamente en la pared en la que se ha situado un mueble bajo para el televisor, y en unas baldas a juego con el sobre del mueble y en el pie de una lámpara con pantalla.
El resultado es un espacio que, aunque pequeño, resulta cálido, acogedor y sobre todo muy funcional.