La zona de la TV es un área que exige equilibrio ante todo. Sabemos que una pantalla integrada en un salón no es cosa fácil. A menudo, los aparatos eléctricos pueden romper la armonía visual de los ambientes.
No perdamos de vista que el salón es un espacio multifuncional. Puede ser una sala de cine, así como un lugar para reunir a los amigos o leer un buen libro en solitario. Lo ideal es poder acceder a la pantalla sin darle todo el protagonismo estético. Por eso, debemos decorar este espacio con delicadeza y evitar algunos de los errores más clásicos que se pueden cometer en el área de la TV.
Vale la pena recordar que la pantalla de la TV no tiene que ser un punto focal en el salón, ni tampoco en ninguna otra habitación. Esta zona, idealmente, debería decorarse sobriamente y poner el foco en otros muebles más voluminosos como el sofá, incluso en un cuadro imponente en la pared.
En caso de que tengas más de un sofá o sillón, si todos miran a la TV, se limita la interacción social y la versatilidad de uso. Mejor disponer los sofás y sillones de forma que se facilite la conversación o la lectura. Por ejemplo, un sofá en L, un rincón de lectura con una butaca o unos pufs alrededor de la mesa de centro crean puntos de interés variados, restando importancia a la pantalla.
Al igual que en otras estancias y rincones, el área alrededor de la TV debe estar amueblada y equipada de manera proporcional. ¡El equilibrio será tu mantra!
Los muebles deben adaptarse a los metros cuadrados disponibles. Así que si tienes un salón pequeño, evidentemente no puedes colocar una gran pantalla de TV. Por el contrario, una tele demasiado pequeña puede perderse en una estancia amplia.
Asimismo, debes cuidar la ubicación del televisor. Colocarlo demasiado cerca del techo nos obligará a levantar el cuello al mirar, lo cual podría ser físicamente molesto. Lo aconsejable es instalarlo de modo que el centro de la pantalla quede a la altura de los ojos cuando se está sentado, logrando un ángulo de visión natural.
Otro fallo frecuente al decorar esta zona es no contar con un mueble para la TV o escoger uno desproporcionado e inadecuado. Los muebles de TV pueden ser flotantes y son ideales para salas pequeñas. Crean un efecto ligero muy interesante para ampliar visualmente el espacio.
Si los muebles volados no son lo tuyo, puedes inclinarte por una versión alargada con patas expuestas, ideales para ambientes nórdicos y modernos. En términos simples, te aconsejamos seleccionar una pieza que acorde al estilo de tu salón, nada de muebles “Frankenstein” que no tienen nada que ver con tu esencia.
Un problemón más común de lo que crees. Y es que una de las dudas más frecuentes que nos llegan es “¿cómo ocultar los cables de la TV?”. Tranquilidad, puede parecer difícil, pero hay soluciones.
Ten en cuenta que el desorden tecnológico rompe la elegancia. Esto significa que incluso más importante que esconder los cables es mantenerlos ordenados. Aun así, para ocultarlos puedes usar canaletas, muebles con espacios traseros o empotrados para esconder cables y aparatos.
Otra técnica que se está utilizando actualmente es empanelar los electrodomésticos, incluido el televisor. Si estás de reformas, puedes encargar un mueble para la TV que lo esconda por completo cuando no se esté utilizando, y también incluir los cables allí dentro.
Por último, otro aspecto que podría dejarse de lado es la acústica del espacio. Una TV puede “dañar” estéticamente la sala, por eso es importante mantener el espacio bien distribuido y ordenado. Pero… ¿de qué nos sirve tomar medidas al respecto si la TV no se escucha bien? Una alternativa que funciona muy bien es revestir parte de las paredes con paneles acústicos. Además de generar un ambiente tranquilo y acogedor, añadirás textura y profundidad visual.
Asimismo, puedes aprovechar ciertos elementos textiles como alfombras gustosas para el suelo, cortinas para las ventanas o papel pintado para el resto de paredes. Conseguirás una atmósfera envolvente y un ambiente de lo más estiloso.