Los electrodomésticos son imprescindibles en la cocina. Los necesitas sí o sí. Sin embargo, son bastante antiestéticos. Así que no queda nada bien en mitad de tu salón. ¿Quién quiere una campana extractora a la vista o un enorme frigorífico? Así que lo mejor es esconderlos en la medida de lo posible.
La mejor solución al decorar una cocina abierta, sin duda, es panelar los electrodomésticos. De manera que queden escondidos tras los muebles de la cocina. De esta forma, nadie sabrá dónde se esconde el frigorífico o si tienes o no lavavajillas. Para una mayor discreción y un diseño más bonito, procura que la elección de los muebles de la cocina sea acorde con la decoración del espacio que comparte. De manera que haya una continuidad, tanto estética como de diseño, entre zonas.
Otra opción es apostar por electrodomésticos de diseño. De esos que son tan bonitos que quieres mostrarlos.
Si no tienes otra opción, lo mejor es colocarlos en una zona que no pueda ser vista desde el salón. Por ejemplo, si tienes una isla, coloca el lavavajillas en el lado interior. O la campana extractora en la pared más oculta de la cocina, para no verla desde el sofá.
Quieras o no quieras, la cocina es de esos espacios de tu hogar que más fácilmente se desordenan. Es habitual utilizar muchos utensilios a la hora de cocinar, ensuciar más de la cuenta o dejar los platos sobre la encimera para que se sequen. Pero todo ello no es nada agradable de ver. En el caso de una cocina aparte, siempre puedes cerrar la puerta, pero con una cocina abierta el orden se postula como una prioridad. Muchos elementos sobre las encimeras, platos por fregar o cosas por recoger provocan un ruido visual que nadie quiere tener junto al salón.
La mejor forma de conseguir ese orden es contando con mucho almacenaje. Tanto, como sea posible, para que cada cosa tenga su lugar y no haya excusa para tener algo de por medio.
Otra buena opción para evitar el desorden es tener el hábito de recoger siempre las cosas que se utilizan, y no dejarlo para después. Así siempre conseguirás tener la cocina impoluta y en orden. Algo imprescindible y muy necesario en el caso de las cocinas abiertas. Ya que, en caso contrario, el desorden imperante en ella puede hacer que el resto de la estancia también se vea desordenada, aunque no sea así.
Aunque la cocina comparta espacio con el salón, a nadie le gusta estar sentado en el sofá descansando o viendo su serie preferida y tener que escuchar los ruidos que inevitablemente se producen en la cocina. Ni mucho menos los olores. Por suerte, hoy en día los extractores de humo son lo suficientemente potentes para evitar que eso ocurra, pero con el tema de los ruidos, la cosa es diferente. El propio extractor, el ruido del aceite de la sartén, el agua del fregadero o la batidora pueden llegar a ser muy molestos.
Así que lo mejor es alejar la zona de descanso un poquito de la zona de cocinado. ¿Cómo? Colocando entre ellos la zona de comedor. Al fin y al cabo es la zona que mejor funciona para tener cerca de la cocina, tanto si tienes invitados como si es solo una reunión familiar. Ya se trate de un espacioso comedor o de un rinconcito con una pequeña mesa, será espacio suficiente de separación para que el salón no quede enganchado a la cocina, pudiendo disfrutar mejor de una buena siesta o de tu peli preferida.