No conseguirás que su forma rectangular cambie, pero si tienes un salón estrecho y alargado, puedes hacer que no parezca tan estrecho con algunos trucos visuales. Así que evita estos cuatro errores de lo más comunes, que no ayudan a que se vea mejor. Al contrario, intensifican su forma de tubo.
Un salón alargado necesita de un foco visual claro que se lleve todas las miradas al entrar en él. Básicamente, es una forma de distraer la mirada para evitar ver la forma estrecha de tu salón, destacando una pieza o una pared que llame la atención.
Opciones hay muchas. Desde optar por una gran obra de arte, a destacar la chimenea, si es que la tuvieras, o incorporar un mueble atractivo que capte la atención. Un sofá con una forma sinuosa, una butaca con una tapicería de un color llamativo, una mesa de diseño o una preciosa alacena de estilo vintage.
Destacar una de las paredes pintándola de otro color, con un papel pintado estampado o con unos bonitos paneles de listones de madera, también es otra opción.
Demasiados cuadros pequeños perdidos en una gran pared alargada no ayudan a minimizar la forma del salón. Al contrario, generan más desproporción y que la forma alargada y estrecha de la habitación se potencie. La solución pasa por agrupar los cuadros y colocarlos de manera alineada, para crear una composición que ayude a acortar la distancia de esa pared tan larga.
Una gran obra de arte, de tamaño XXL, tan de moda esta temporada, también es una gran opción, ya que además puedes convertirla en la pieza focal sobre la que desviar todas las miradas.
La luz del sol es un imprescindible de la decoración. Hay que aprovecharla al máximo para conseguir estancias más luminosas y espaciosas. En los salones estrechos más si cabe, ya que es primordial que esa luz llegue a todos los rincones. Así que olvídate de cortinas demasiado pesadas u opacas, de usar colores demasiado oscuros en el salón, que lo único que harán será absorber esa entrada de luz, o bloquear esa luz natural colocando muebles demasiado altos frente a las ventanas. Ya que ello solo provocará que el espacio parezca más cerrado y, por ende, más estrecho y alargado.
Los espejos son unos grandes aliados de la decoración. Sin embargo, mal colocados o demasiado pequeños no sirven de nada. Por el contrario, si los ubicas donde debes, su reflejo ayudará a cambiar la forma de cualquier estancia. En el caso de salones estrechos, lo mejor es elegir un espejo de un buen tamaño y situarlo en la pared lateral para visualmente ampliar el ancho del salón.
Si después de evitar estos cuatro errores todavía consideras que tu salón sigue viéndose demasiado estrecho, lo mejor es que te pongas en manos de profesionales como los de Livitum. Ellos podrán hacer por ti todo lo que quieras en materia decorativa, creando diseños con los que tu salón dejará de ser estrecho. Es tan sencillo como comprobarlo por ti mismo. Solo has de contactar con Livitum, aportar fotos y medidas del salón, y alguno de nuestros diseñadores se pondrá en contacto contigo. Tras pedir lo que quieres y apuntar cuáles son tus gustos, el diseñador asignado te presentará el proyecto en 3D para que puedas comprobar, de forma realista, cómo quedará la propuesta.
Será entonces cuando podrás comprobar cómo tu salón estrecho y alargado visualmente deja de serlo. Además, si hay alguna cosa que no te acaba de convencer, podrás cambiarla. Y después, incluso comprar los muebles y elementos decorativos propuestos por el diseñador con tan solo un clic. De forma fácil, sencilla y asequible. Quizás la forma más rápida y simple de acabar con la estrechez de tu salón.
