Antes de comenzar debemos entender qué objetos tenemos en casa y dónde colocaremos cada uno de ellos. Haz una lista para la cocina, otra para el salón, las habitaciones y el cuarto de baño, y marca en ella los elementos principales de cada sector para comenzar a ordenarlos.
Es importante que cada cosa tenga un lugar y, para ello, mantener una regla básica: siempre deben regresar al sitio al que pertenecen. Esta premisa nos ayudará a mantener la armonía mucho más fácil, tu cabeza sabrá dónde va cada pieza de tu hogar y podrás organizarte mejor.
Puede convertirse en el espacio más caótico de la casa y para evitarlo el truco principal es no tener nada a la vista. Es imprescindible mantener esta idea con la ayuda de muebles con puertas y cajoneras que nos permitan ocultar lo máximo posible.
En el interior de los armarios, ten presentes los estantes y baldas adaptables en altura que te ayudarán a tener todo más organizado. Los cajones verticales servirán para organizar botellas o utensilios grandes. Si tienes un rincón sin uso puedes colocar un carrito auxiliar para colocar alimentos, menajes, cubiertos y paños.
No es necesario que todo esté dentro de un cajón. Puedes colgar estantes sobre la zona en la que más trabajes y seleccionar frascos y cajas iguales para guardar condimentos que utilices con frecuencia.
Un tip importante: ¡Despeja la encimera! Haz un repaso de limpieza antes de irte a dormir y deja la cocina óptima para el día siguiente. Te llevará pocos minutos y te ayudará a mantener este espacio siempre en orden.
Son sitios en los que estamos de paso pero que podéis aprovechar para colocar muebles que ayuden con el almacenamiento. Aportar por piezas sencillas y prácticas.
Para estos espacios existen muebles adaptables a los que podemos darles diferentes funcionalidades: armarios con baldas inferiores para guardar zapatos o cajoneras donde dejar bolsos y todo lo que tenemos en mano cuando entramos en casa.
Según la época del año o el clima del sitio donde vivas es importante tener en cuenta dónde colocar abrigos, paraguas y botas de lluvia. Puedes tener un perchero para los adultos y otro más pequeño para los niños y, de esta manera, podrán colaborar con el orden de la casa. Si hay escaleras en la entrada de casa, se puede utilizar el rincón de debajo como espacio de almacenaje.
Es un espacio que necesita de nuestra atención diariamente. Para facilitar la limpieza y el orden añade contenedores y cestas para organizar por categorías. Puedes sumar una pequeña estantería y colocar cajas que os sirvan para guardar toallas, medicamentos, kits de belleza o el botiquín.
En ocasiones, el cuarto de baño puede ser pequeño y utilizar todos los rincones es imprescindible. Colocar ganchos y organizadores detrás de la puerta o en el interior de las puertas de los armarios es una buena manera de aprovechar estos espacios.
Un detalle que alivianara el desorden visual son los dosificadores de jabones líquidos y champú. Puedes escogerlos todos del mismo estilo y color para aumentar la sensación de orden.
Es un espacio en el que solemos tener mayor libertad para decorar. No olvides que “menos es más” y acumular demasiados objetos puede hacerte sentir que todo está en desorden. Limitar la decoración, escoger un estilo sencillo y minimalista, y tener gran cantidad de espacios de guardado te ayudará a limpiar menos.
Coloca muebles “dos en uno” como mesas apilables o extensibles, muebles contenedores o estanterías modulares. En ellos puedes guardar tus objetos y dividirlos en categorías -como en las librerías- y utilizar cajas de diferentes tamaños.
Y recuerda el método 20/10 de Rachel Hoffman, autora del libro ‘Unf*ck your habitat’: 20 minutos de limpieza al día seguidos de 10 minutos de descanso harán que tu hogar y tu energía disfruten entre el orden.