Pues aquí va otro de los proyectos que ha realizado Livitum para uno de sus clientes. Se trata de un espacio en el que cohabitan el salón, el comedor y una cocina abierta. Hasta la intervención de Livitum era un espacio que resultaba bastante anodino y frío porque, a pesar de su tamaño, no tenía casi muebles. Solo un sofá, sin apenas decoración a su alrededor y una mesa de comedor medio sola y abandonada, situada en mitad del espacio. Vaya, un lugar casi sin alma.
Por suerte, su propietario se puso en contacto con Livitum para transformarlo. Así que nuestra diseñadora Cristina Torres se puso manos a la obra y lo convirtió en un salón comedor elegante, sofisticado y con mucha personalidad.
En la zona del salón Cristina ha optado por pintar la pared del sofá de un gris oscuro, que le aporta mucha profundidad y presencia, al tiempo que ayuda a separar esta zona de la del comedor, ya que allí se ha optado por otra decoración con más presencia de madera.
Se ha elegido un sofá con chaise longue en color beige repleto de cojines a tono, que se ha acompañado de una butaca, de color más claro, con las patas de madera. Un material que también se ha incorporado con una bonita mesa de centro circular y en una lámpara de pie que ilumina la zona. Todo este espacio se ha delimitado con una bonita alfombra.
Aprovechando un pequeño espacio entre la ventana y la pared del sofá se han incorporado varias baldas de color blanco para tener un plus de almacenaje en esta zona. Otra balda, también blanca, se ha añadido a media altura situándola justo detrás del sofá, para crear una estantería que ayuda a decorar la pared. ¿Cómo? Apoyando en ella varios cuadros con motivos botánicos en tono beige, así como algunos jarrones con flores secas.
Frente al sofá, se ha optado por un mueble bajo de madera, que es del mismo estilo y diseño que el usado en la zona del comedor, cohesionando así ambas zonas, de diseño diferente, pero con nexos en común.
En el comedor se ha aprovechado la mesa de cliente. Una bonita mesa de madera que se ha acompañado por unas sillas tapizadas en tono claro, que tienen las patas de madera.
En la pared del comedor se ha optado por una decoración diferente a la del salón. Aquí Cristina Torres ha colocado unos paneles de listones de madera que decoran media pared, aportando mucha calidez. Junto a ellos, se ha añadido una consola para guardar todos los enseres del comedor, que es del mismo estilo sencillo que el mueble del salón. Sobre ella, se han apoyado un par de espejos de ventana con el marco en metal negro, que aportan mucha personalidad al comedor y además ayudan a reflejar la luz, y de paso, amplían el espacio.
En esta pared, también se ha incorporado una planta para darle un poco de color al diseño y, de paso, traer la naturaleza al interior.
El resultado es un salón comedor que resulta muy elegante y sofisticado. Nada que ver con lo que había antes.
El espacio se ve muy fluido y relajado gracias al uso de muebles de líneas sencillas, muy ligeros y de tonos claros en ambas partes, lo que ayuda a armonizar ambas zonas.
También se ha cuidado mucho la iluminación. En la zona del sofá se han añadido algunos focos en el techo, así como una original lámpara en dorado con globos de cristal, que eleva la sofisticación del espacio, al tiempo que aporta una luz muy cálida general. También hay una lámpara de pie con pantalla. Permitiendo así jugar con diferentes iluminaciones, según sea necesario.
Mientras que en el comedor se ha instalado una bonita lámpara lineal muy moderna en color negro, conjuntando con los espejos de ventana situados sobre la cómoda. Así como una lámpara de sobremesa de cerámica con pantalla para, al igual que en el salón, crear con la iluminación el ambiente adecuado para cada ocasión.