Y es que, si te fijas, todos los elementos que conforman la estancia (las butacas, los pufs, los cestos y otras mesas auxiliares) se organizan a su alrededor y se combinan -o no- con ella, convirtiéndola en un punto focal que, en ocasiones, adquiere un protagonismo mayor que el propio sofá.
¡El catálogo es amplísimo! Las hay de mil formas -rectangulares, redondas, ovaladas, asimétricas-, materiales -madera, mármol, cristal- y estilos. Nuestras decoradoras han seleccionado 5 mesas muy diferentes entre sí para que puedas inspirarte pero, antes de tu jornada de shopping, ten en cuenta:
¿Qué uso le vas a dar? Si solo vas a usarla como soporte cuando estés en el sofá, quizás sea suficiente una mesa ligera y puedes fijarte más en el diseño que en la funcionalidad. En cambio, si te gusta cenar frente al televisor, puedes optar por un modelo con el sobre elevable. Si te falta espacio de almacenaje, una balda o un modelo con cajones puede ser una muy buena opción.
¡Coge el metro! Para acertar con el tamaño, toma el sofá como referencia. La mesa de centro no puede medir menos que la mitad del sofá. Solo hay una excepción a esta norma: que vayas a colocar dos (o más) mesas pequeñas en lugar de una.
Por lo que respecta a la altura, la referencia es la del asiento del sofá. No la sobrepases: una mesa muy alta tiene mucho peso visual y hace que el espacio parezca más pequeño.
Por último, deja que respire. Tienes que poder moverte con cierta comodidad a su alrededor. Por tanto, deja al menos 45 cm libres entre la mesa y el resto de piezas que la rodean.
Sean de centro, de comedor o auxiliares, todas las mesas con el sobre de mármol tienen algo que las hace especiales. Y es que al ser un material natural, el veteado difiere de una pieza a otra, por lo que no hay dos mesas iguales. Así es que, colocando en el centro del salón una mesa como esta, estás creando un punto focal al que dirigir todas las miradas. La mesa que te mostramos tiene, además, dos patas asimétricas de madera maciza que le dan un aspecto robusto y un cierto carácter noble.
Además de ser súper elegantes, las mesas que combinan dos materiales como la madera o el latón de la estructura con el mármol, el terrazo o el cristal de los sobres son piezas con carácter que no pasan desapercibidas. Por lo tanto, aprovéchala para construir el salón a su alrededor: coloca varios asientos -según el espacio de que dispongas- en el mismo color y en una gama de neutros (topo, greige, gris, blanco…) y cierra el conjunto con una gran alfombra monocolor de pelo largo en los mismos tonos que el resto del salón. Crearás un ambiente muy armónico y relajado que invita a reunirse con amigos y a alargar la conversación. ¡Estaréis muy muy cómodos!
Las mesas de centro redondas ocupan menos espacio que las rectangulares -las más habituales en el salón-, por lo que son ideales para los espacios pequeños. Las líneas curvas despejan las zonas de paso, facilitan la circulación a su alrededor y aligeran visualmente el espacio.
En este salón, se ha introducido una mesa mesa de centro con pedestal de forma cilíndrica formada por listones de madera natural y un sobre en el que se ha dejado a la vista el veteado natural de la madera de mindi. Sobre una alfombra también redonda y de lana 100% se consigue un ambiente calmado y muy cálido.
¡Por cierto! Fíjate en la mesita auxiliar ubicada al lado del sofá: en este salón se ha utilizado una mesita gemela a la de centro pero más pequeña. Haciéndolo así consigues no crear distorsiones y mantener la armonía y el efecto natural que se ha buscado en este salón a base de piezas de líneas depuradas en tonos neutros.
Funcionales, elegantes y bonitas: así son estas mesas nido que combinan un tablero de madera de mango pintado en negro con un sobre de cristal en una -la de mayor tamaño- y de madera en la otra. Esta pieza, formada por dos mesas de alturas distintas que pueden esconderse la una bajo la otra, son una buena idea si tus necesidades en el salón son cambiantes: puedes mantenerlas cerradas en el día a día y abrirlas cuando tengas invitados o vayas a realizar alguna actividad para la que necesites un gran espacio de apoyo.
Además de versátiles, son muy elegantes. Las patas finas y el sobre de cristal aligeran el volúmen del mueble, lo que te permite colocarla sobre una alfombra de tejido jacquard en negro sin miedo a sobrecargar el espacio.
Sencilla, ligera y discreta. Esta mesa de cristal templado y líneas depuradas es tan discreta que se adapta a cualquier estilo, pero es ideal si tienes un salón minimalista y eres de las que huyes de todo tipo de exceso deco. Es casi invisible, lo que te permite dejar totalmente libre la visual del sofá y lucir una súper alfombra como la de este proyecto: bereber, con motivos geométricos y rematada con flecos.
Si te gustan las mesas de cristal pero tu casa es más clásica, puedes optar por un modelo con estructura de madera o acero: encajarán a la perfección en un salón boho chic, clásico renovado o incluso colonial.
Exotismo y artesanía: estas son las dos palabras que definen esta mesa redonda de mango macizo tallada a mano con motivos florales en todo su perímetro. Es una pieza muy muy especial que encaja a la perfección en salones de estilo bohemio, colonial y rústico renovado.
Las patas sin modelar y el aspecto no tratado de la madera le dan un aspecto tan natural que, colocada en una estancia decorada en tonos neutros, te ayudará a conseguir una atmósfera relajada que invita al descanso.