Los textiles tienen el enoooorme poder de generar sensaciones térmicas en los interiores. El cristal es un material visualmente frío, por lo que la forma en que cubrimos las ventanas repercute directamente en la sensación de frío o de calor que genera un ambiente.
Descuelga las cortinas de verano y cuelga otras más gruesas y de un tejido opaco. Para evitar que entorpezcan la entrada de luz natural, puedes dejarlas totalmente abiertas en los extremos del ventanal.
El volumen de los asientos (sofás, butacas…) y de la cama es otro de los aspectos que hace que los espacios se ven más confortables y, en consecuencia, más cálidos. Para conseguir esa sensación recurre a los cojines: multiplícalos, hazte con varios que sean grandecitos y muy mullidos y presta atención al tejido: el terciopelo u otros tejidos suaves te ayudarán a potenciar la sensación de calidez.
¡Abriga la mesa de comedor! Vístela con un mantel más grueso o decántate por colores más oscuros y juega a superponer capas. Por ejemplo, puedes colocar un mantel en lino de color verde oliva o botella y encima unos individuales de algodón o un salvamanteles de yute.
Escoger la temperatura ideal de la luz es muy muy importante para crear atmósferas. La luz neutra o fría es la más adecuada cuando vamos realizar una actividad para la que necesitamos una buena visión (leer, coser, cocinar…). Por contra, la luz cálida se usa para crear atmósferas que nos cobijen y que generen sensación de confort (sala de estar, el comedor, el dormitorio…). Utilízala para crear un ambiente cálido recurriendo a una lámpara de sobremesa sobre la mesita auxiliar en el salón, una luminaria suspendida sobre el comedor…
La luz de las velas te ayuda a crear una atmósfera íntima. Puedes combinarlas en distintos tamaños, colocarlas con o sin portavelas y distribuirlas por toda la estancia: puedes colocarlas sobre las mesas auxiliares junto a otros elementos deco formando pequeños bodegones. También quedarán muy bien colocadas directamente en el suelo, tocando los zócalos, por ejemplo.
Sí, es cierto, la mayoría de las viviendas no están preparadas para instalar una chimenea tradicional. Sin embargo, hoy en el mercado existe una enorme variedad de chimeneas eléctricas que no requieren instalación: solo tienes que enchufarla. Las hay de superficie para colgarlas directamente a la pared, empotrables o con patas para colocarlas en el suelo. Conseguirás el calor visual que aporta una chimenea tradicional ¡pero sin malos humos!
Este invierno estamos de enhorabuena:¡ los textiles furry son tendencia! Hablamos de esos textiles peluditos y tan tan suaves que tienen la capacidad de subir la temperatura visual de cualquier ambiente. Son perfectamente válidos para los cojines, para las alfombras o para las mantas. Apoyadas sobre el brazo del sofá o a los pies de la cama generan sensación de calor al instante y son muy muy agradables al tacto: ¡hazte con una!
Lo decíamos junto aquí arriba: para conseguir una pisada gustosita en el salón, lo ideal es colocar una alfombra de pelo. Las de pelo largo vuelven a llevarse pero, en caso de que no te gusten, puedes recurrir a una de lana de pelo corto. Opta por colores tostados y, de esta forma, podrás dar color al sofá con los cojines (son más fáciles de sustituir si la próxima temporada te apetece cambiarlos).
Este tipo de acabado -que se caracteriza por un efecto desgastado o rasgado de la pintura- se utiliza para crear ambientes en los que se busca una atmósfera de absoluta calma y contacto con lo natural. Su textura -así como todas las que se alejan de un alisado perfecto- ayuda a crear sensación de calidez aún cuando se utilizan colores claros.
La madera es el material cálido por excelencia y los suelos de parqué el mejor aliado para subir la temperatura de una estancia. Sin embargo, si tus suelos son de cerámicos, puedes recurrir a otros elementos para disfrutar de la calidez de este material: un banco de madera sin tratar, una mesita auxiliar con los nudos bien marcados junto al sofá o incluso puedes colocar zócalos y vigas decorativas.
