Hoy queremos compartir contigo las diez reglas más importantes de la decoración actual para que las apliques en la renovación de tu hogar. Gracias al conocimiento de nuestros expertos y expertas, hemos seleccionado esas máximas y conceptos deco que debes conocer sí o sí. Así, verás que ordenar tus decisiones de compra será más fácil y crearás tu espacio de manera funcional, sin perder ese sello personal que quieres imprimir en casa.
Igualmente, si no consigues el resultado deseado, deja que las diseñadoras de interiores de Livitum te ayuden a transformar tu espacio.
Todo proyecto empieza por la planificación previa del espacio. Saca boli y papel y traza los recorridos naturales entre puertas, ventanas y pasillos. Luego, identifica una pieza ancla por estancia (sofá, mesa, cama) y ordena el resto a su alrededor. Un esquema con jerarquía impide que queden rincones residuales. Más vale aprovechar cada centímetro, sobre todo si el espacio no abunda. Además, reserva algunos espacios vacíos y paredes sin sobrecarga para que el conjunto respire y el ojo descanse. Verás que cuando tengas un plan claro, será mucho más fácil decorar.
Como expertos, sabemos que es importante escuchar y observar el espacio antes de decorarlo. Por eso, es importante conocer muy bien la arquitectura de la estancia. Fíjate en aspectos como la altura, las vigas, los huecos y rincones vacíos, las molduras en techos y paredes, y los suelos. Asimismo, es importante vigilar las ventanas y la orientación de la casa para estudiar la llegada de la luz natural.
Las tendencias actuales nos recuerdan la importancia de añadir color en la decoración. No obstante, debemos elegir con cabeza. Define una paleta que dialogue en toda la vivienda y reserva los contrastes o colores más intensos para piezas fáciles de mover. Actualmente, se llevan los marrones tostados, los verdes suaves y los azules con matiz gris, con guiños puntuales a malvas o terracotas. Si dudas, aplica el color protagonista y más claro en superficies continuas como paredes o techos y deja que el arte, los cojines y las pequeñas alfombras aporten matices más vivos.
Las texturas son tan importantes como los colores que elijas. Si te gustan los materiales naturales, no tengas miedo de añadir mesas con maderas rústicas o sillas tejidas. Si prefieres un aire más nórdico o moderno, juega con mantas suaves, alfombras tejidas en tonos claros y lámparas con pantallas de lino. Alterna tramas y lisos para crear volumen, tanto en textiles como en muebles: un lino lavado junto a una lana fina, un terciopelo contenido al lado de un bouclé discreto. La clave está en el equilibrio, no en la uniformidad.
Idealmente, la iluminación de toda estancia debe ser planificada por capas. Primero, una iluminación ambiental envolvente, tal vez con una lámpara de techo. Después, luz focal para escritorios, rincones de lectura o mesitas de noche. Por último, añade una iluminación de acento que destaque la arquitectura propia del lugar, cristalería, arte u otros objetos especiales. Este tipo de luz queda muy bien en tiras LED dentro de una vitrina o en una hornacina en el pasillo. Jugando con capas, verás que el color se apreciará mejor y los detalles de la decoración lucirán con encanto.
Lo que no resulta cómodo, simplemente no funciona, por mucho amor y cuidado que pongamos en la estética de la casa. Por eso, piensa en cómo usarás cada pieza antes de comprarla. De hecho, muchas personas aconsejan ir comprando poco a poco o delegar la tarea en un profesional, como los diseñadores de Livitum. Así, podrás asegurarte de escoger los muebles adecuados para el día a día.
La iluminación de la casa no consiste solo en lámparas y bombillas. Regular la luz natural es tan importante como escoger una buena iluminación artificial. Por eso, las ventanas ordenan la decoración, ya que controlan luz, vistas y privacidad. Unas buenas cortinas o persianas realzan la altura, mejoran la acústica y añaden una capa de calidez, sobre todo si hablamos de materiales textiles. Si vas a optar por cortinas o estores, asegúrate de escoger tonos claros y vigila que el color y la textura dialoguen con la paleta general, no que compitan con ella.
Los pequeños detalles como arte, accesorios, plantas o pequeños objetos sentimentales, marcan la atmósfera del hogar. Eso sí: mejor pocas piezas con sentido que una acumulación incoherente. En la pared, puedes crear una composición de cuadros variada para dar dinamismo al lugar. Juega con objetos personales como libros, cerámicas o recuerdos, pero no atiborres la estancia con ellos. Puedes ir cambiando y guardando cosas según cambia la temporada.
No cabe duda de que el mobiliario a medida suele ser la gran solución para los pequeños problemas de almacenamiento o adaptación. Si te hace falta espacio, prueba con muebles flotantes, mesitas voladas o una consola de pared en el recibidor. Si tienes un balcón pequeño y no sabes cómo aprovecharlo en primavera y verano, un banco de obra puede ser la gran solución. Igualmente, si quieres esconder cables, enchufes o el cuadro de luces, nada como un buen panel fabricado a medida.
En este listado de reglas de decoración no podía faltar un clásico: la proporción 60/30/10. Puedes usarla con la paleta de colores que vas a escoger para decorar una estancia, pero también para elegir y vigilar el tamaño y presencia de muebles y accesorios. En el caso del color, el 60 por ciento corresponde al tono base que unifica, el 30 por ciento define el color secundario que estructura y aporta ritmo, y el 10 por ciento se reserva para el tono de acento. Así, puedes regular la intensidad de la propuesta y transmitir una sensación de equilibrio.