Es muy importante controlar tu presupuesto y, aunque te enamores de una preciosa obra de arte, centrarte en aquellos muebles que resultan imprescindibles para tu día a día. El sofá, la cama, la mesa y las sillas del comedor son las cosas que más usarás, así que procura no escatimar en ellas. Procura que sean de buena calidad para que te duren mucho tiempo, y que sean funcionales. Pero, para ahorrar un poquito, busca diseños de líneas más sencillas y simples, huyendo de muebles ornamentados que encarecen su precio.
Lo principal a la hora de decorar tu hogar es priorizar en aquello que necesitas. Es decir, si trabajas en casa, necesitarás un espacio de despacho. Si los fines de semana coges la bicicleta, hazle un hueco en tu casa. Ten en cuenta si vas a tener o no invitados. Si eres tú solo o sois una familia de cuatro. Si tienes mascota o no. Y adapta la decoración a tus necesidades y a tu día a día.
Para iniciarte en la decoración es mejor empezar con tonos seguros. Olvídate de colores muy estridentes o complicados de combinar que solo dificultarán tu labor de diseño. Los tonos suaves y neutros son mucho más sencillos de usar. Así que deja los tonos más llamativos para detalles más puntuales.
Es buena idea usar la llamada regla del 60-30-10, que indica en qué proporciones debes usar los colores. Elige tres para empezar. Uno neutro que ocupe el 60% de la superficie. Un segundo que te guste para el 30%, y un color más vibrante y llamativo para cosas puntuales que ocupen el 10% del espacio.
Lo ideal es coger lápiz y papel y hacer una distribución de lo que quieres en tu cuaderno o usa un programa informático para tal menester. Mide tantas veces como sea necesario el espacio antes de comprar cualquier mueble, para evitar errores. Y piensa en dejar suficiente espacio a su alrededor para poder circular con normalidad. Ten en cuenta también la apertura de puertas, tanto de la estancia como de los armarios.
Nuestro cerebro percibe los objetos impares de forma más armoniosa que si están agrupados de dos en dos o de cuatro en cuatro. Así que aprovecha esta ventaja para hacer de tu decoración algo estiloso, de forma sencilla y fácil. Agrupa los libros de tres en tres. Coloca tres jarrones de diferentes tamaños en una misma estantería o cuelga tres cuadros sobre el sofá.
Es la forma más sencilla. Empieza por las piezas principales y más grandes. Después añade los muebles auxiliares y los complementos. Después remata la decoración con los textiles, cortinas y cojines. Para rematar el diseño con los pequeños objetos, como cuadros, espejos, objetos decorativos, velas, etc… con los que aportarle ese toque personal a tu decoración.
Aunque no lo creas, la iluminación es una pieza clave de la decoración. Lo mejor es incorporar una luz general que ilumine toda la estancia, y después, tantos puntos de luz como creas necesarios para crear el ambiente necesario en cada momento. Y sobre todo, aprovecha siempre que puedas la luz natural, evitando entorpecer su entrada con cortinas demasiado opacas o colocando muebles u objetos frente a las ventanas.
Si con todo ello no te ves capaz de decorar tu hogar, siempre te queda la opción más fácil y sencilla: contratar los servicios de Livitum. Por un precio muy asequible, te diseñaremos el hogar de tus sueños.