¡Paso a paso! Cómo iluminar un dormitorio infantil

Te dejamos las claves para hacer del dormitorio infantil un espacio bien iluminado, sereno y relajante. No te pierdas los mejores consejos para hacer de la habitación un remanso de paz.
Publicado por Graciela Olave · 23 de octubre de 2025
¡Paso a paso! Cómo iluminar un dormitorio infantil

Como en toda estancia, la iluminación no es un adorno ni un aspecto superfluo de la habitación infantil. Es más, es tan importante como el mobiliario o la ropa de cama, ya que la luz influye en la concentración, el descanso y la serenidad mental. 

Una buena iluminación no pasa por llenar el techo de bombillas, sino por componer capas que provoquen un ambiente acogedor e íntimo. Sigue leyendo que te dejamos las claves para que el dormitorio de tus niños brille con luz propia. 

La arquitectura interior: clave para decidir

Antes de empezar a comprar lámparas a lo loco, es importante revisar la arquitectura interior de la habitación. Además, debemos fijarnos en cómo se ilumina durante el día. ¿Dónde asoma el sol por la mañana? ¿Qué pared refleja más? ¿Hay techos bajos, rincones profundos o una ventana orientada al norte? 

Si la habitación recibe luz intensa a primera hora, conviene colocar cortinas que puedan regularse fácilmente. Prueba con estores o persianas regulables para usarlas con comodidad. Asimismo, necesitarás una buena iluminación artificial por la tarde. Por otra parte, si la habitación es sombría, reparte la potencia y evita concentrarla en el centro.

Cuatro capas de iluminación para un entorno ideal

Un dormitorio infantil funciona con cuatro capas de luz: general, ambiental, de tarea y de orientación nocturna. La luz general, en primer lugar, es clave para la vida cotidiana. Permite vestirse, jugar y ordenar todos los objetos de los niños. Conviene que sea homogénea, sin destellos ni conos duros. Un plafón amplio con difusor opal puede ser una buena idea, ya que reparte la luz con suavidad. 

En segundo lugar, la luz ambiental ayudará a regular el pulso del cuarto. No es una iluminación para ver claramente, sino para estar a gusto y crear una sensación suave e íntima. Prueba con lámparas de sobremesa con pantallas tejidas o apliques de aspecto natural. Si gustas de una buena lectura de cuentos antes de dormir, necesitarás una luz dirigida al libro, nunca a la cara. Si el dormitorio tiene papel pintado o madera, la luz rasante realza textura y aporta profundidad sin saturar. 

Por otra parte, la luz de tarea o luz focal es un must para la zona de estudio. Puedes colocar una luz lateral sobre la mesa o escritorio, por ejemplo, un flexo o una lámpara de sobremesa con pantalla opaca. 


Finalmente, se recomienda una cuarta capa de iluminación: la luz nocturna. Prueba con balizas en zócalo con sensor de movimiento, una tira LED oculta bajo la cama o un pequeño punto en el pasillo para evitar tropiezos y respetar el sueño. La idea es iluminar el suelo, no el techo, y quedarse por debajo de los 5 lux. Si el dormitorio es compartido, ofrece controles independientes para que un niño pueda levantarse sin despertar al otro. Y nada de destellos azules: mejor tonos cálidos y difusores cerrados.

Iluminación segura

En toda habitación infantil, es clave mantener el espacio seguro y adaptado a los pequeños. Por eso, debemos tomar algunas medidas extra que quizás no consideraríamos en un dormitorio para adultos: mantén los cables fuera de su alcance, prefiere enchufes con tapa y, si has instalado lámparas de pie o sobre estanterías altas, anclarlas a la pared es lo ideal. 

En este sentido, también debemos cuidar el material de las pantallas de las lámparas. Aquellas tejidas son ideales, pero siempre debemos procurar que sean materiales que no se calienten y que sean aptos para conectar a la electricidad. Añade un plus de prudencia con pantallas irrompibles (policarbonato en lugar de vidrio) y evita colgantes bajos sobre la cama o la zona de juego; en literas, nada que apunte directo a los ojos desde la cama superior. 

Las tiras y perfiles LED funcionan de maravilla si se instalan con criterio. Asimismo, las guirnaldas, que tanto gustan por su aspecto encantador, deben ser de modelos certificados y con cableado reforzado. 

Por último, piensa en el uso diario: coloca los interruptores a 90-110 cm para que los propios niños puedan encender y apagar la luz. También se recomienda ordenar el cableado con pasacables y añadir topes de seguridad.

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