Decorar nuestra vivienda es un viaje lleno de sorpresas, cambios rápidos, tesoros inesperados y muchas, pero muchas dudas. Lo sabemos mejor que nadie. Y aunque ponerle nuestro sello personal y un marcado estilo propio es lo más recomendable, eso no quita que debamos asesorarnos profesionalmente. Contar con un interiorista para decorar tu casa no solo garantiza resultados impecables, sino que reduce el estrés y la sensación de agobio que puede generarnos diseñar el interiorismo de nuestras casas.
A pesar de que ese salón bellísimo que viste en Pinterest puede parecer el resultado de un trabajo rápido y fácil, no lo es: decorar no se trata solo de colocar muebles, plantas y elegir un par de cojines. Es un proceso riguroso que exige criterio, formación y técnica, además de buen gusto, por supuesto.
Un profesional en interiorismo aporta conocimientos específicos sobre distribución espacial, iluminación, comodidad funcional y uso inteligente de materiales. Pero ¿qué diferencia realmente marcará contar con la asesoría experta de un interiorista en tu hogar? Existen miles de razones para dejarte acompañar por un profesional, pero hoy te compartimos las cinco más importantes.
Puede parecer paradójico, pero un interiorista tiene la capacidad de comprender profundamente tus propias preferencias, necesidades y estilo de vida. Te ayudará a evitar copiar al calco otras decoraciones estandarizadas, ya que te permitirá adaptar esas tendencias que tanto te gustan a tu rutina diaria y tus hábitos familiares.
Uno de los principales beneficios de consultar a un interiorista es que nuestra casa no solo quedará bien decorada, sino que será increíblemente cómoda. Y esto se debe, sobre todo, a la distribución, el diseño y la optimización que consigue en el espacio disponible. Por muy pequeño o grande que sea tu hogar, un experto en el tema tiene las herramientas materiales e intelectuales para organizarlo de manera que sea funcional en tu día a día.
De hecho, la falta de planificación es uno de los principales errores que cometemos cuando queremos renovar nuestros espacios sin ayuda profesional. Un interiorista o diseñador maneja las proporciones, aboga por una buena circulación espacial y procura crear lugares con alturas adecuadas para las personas que habitan la cotidianidad del espacio.
Hablamos de calidad no solo en los productos y materiales sugeridos por el interiorista, sino también en la calidad de vida que consiguen los espacios bien decorados. Es muy diferente un dormitorio diseñado con materiales de bajo estándar a uno donde los muebles, la ropa de cama y la ventilación están cuidadosamente pensados para un buen descanso.
Asimismo, un interiorista procura escoger piezas que duren en el tiempo y resistan al clima y al uso diario. Esto conlleva un ahorro a largo plazo, ¡en el futuro lo agradecerás!
En cuarto lugar, trabajar con interioristas nos ayuda a mantener una armonía estética en casa. Pero no te confundas, esto no es sinónimo de una casa aburrida, sosa y sin vida. De hecho, con un profesional adecuado puedes mezclar dos estilos decorativos y crear un ambientazo en tu vivienda. Por ejemplo, un salón rústico con toques nórdicos queda muy bonito, así como un dormitorio minimalista con detalles elegantes y clásicos.
Ahora bien, la ayuda de un interiorista evitará que creemos un pastiche de colores, accesorios y estampados. La persona experta te ayudará a colocar todo en su sitio y a elegir los diseños más adecuados para esa atmósfera que quieres conseguir en casa.
Por último, cabe destacar que aunque pueda parecer un gasto a primera vista, contratar a un interiorista significa una inversión a medio plazo. Y no solo de dinero, sino también de tiempo y energía. Trabajar con un experto es una forma de simplificar el proceso de decoración, lo cual nos ayudará a disfrutar más, ya que no estaremos bajo el estrés de no saber cómo distribuir el mobiliario, qué colores elegir o qué reformas serían las más adecuadas.
Igualmente, asesorarte con un profesional ayuda a evitar compras impulsivas, devoluciones innecesarias y decisiones mal calculadas que terminan siendo gastos imprevistos. Los interioristas de Livitum, por ejemplo, te ayudan en la planificación y saben dónde buscar esos elementos que harán de tu casa un verdadero hogar. Y lo mejor de todo: se adaptan a tu presupuesto, gustos y necesidades.