Iniciarte en una actividad artesanal tiene un montón de ventajas que te ayudan a sentirte bien contigo misma:
te ayuda a combatir el estrés y la ansiedad, invitando a tu cerebro a centrarse en algo placentero;
te permite romper con tu rutina diaria y desconectar de los problemas del día a día;
estar atenta a un tutorial o a un guión para no perderte en tu labor te ayuda a mejorar la concentración;
seguir un patrón repetitivo -como contar puntos de ganchillo- es una forma de meditación (con todo lo bueno que eso implica);
crear algo útil reciclando y reutilizando las cosas que ya tienes en casa es bueno para el planeta y una forma fantástica de dar un paso hacia un estilo de vida más sostenible;
para probar, puedes hacer casi cualquier cosa sin una gran inversión: tira de imaginación y reutiliza lo que ya tienes y no usas;
cuando acabes y compruebes que eres capaz de crear con tus manos algo bonito -para ti o para otra persona- aumentará tu autoestima y mejorará tu estado de ánimo.
¿Desempolvamos la máquina de coser? Empieza con un proyecto súper fácil: descuelga las cortinas estampadas y sustitúyelas por otras con un color claro, neutro y de caída ligera. Coje las tijeras, corta la tela a la medida necesaria, haz un dobladillo y… ¡voilà! Solo con esto tienes un bonito mantel de verano.
Piénsalo: cualquier estampado es apto para un mantel y puedes crear una mesa preciosa si sabes combinarlo. Añádele unos individuales lisos, platos blancos y vasos o copas del mismo (o de alguno) color de la tela. Seguro que el resultado es una mesa muy colorida, fresca y divertida.
¡Por cierto! Para saber a qué medida cortar la tela haz lo siguiente: mide el ancho de la mesa y dale 60 cm más por cada lado para que tenga caída. ¿Y si no te llega? En vez de un mantel, haz un camino de mesa y ponlo sobre un mantelito blanco de algún tejido liviano.
Una caja de madera de fruta o de vino es suficiente para crear un mini-huerto urbano. Son un contenedor perfecto para iniciarte en el mundo del cultivo ecológico. Y es que, más allá de lo que ofrece el mercado, hay un montón de opciones que no requieren ninguna inversión si reutilizamos algún recipiente que tengamos en casa a modo de contenedores.
La única cosa que debes tener en cuenta es el tipo de cultivo que puedes realizar en función de los m3 de la caja que escojas. Las hortalizas en plantel son una buena opción para empezar: las verás crecer de seguida y, además de llenarte el balcón de verde, te reencontrarás con la naturaleza. Es una actividad sencilla, saludable y divertida.
Seguro que en las últimas semanas ha pasado por tus manos alguna botella de vidrio (de agua, de algún refresco, de vino…). La próxima vez, ¡no la tires! Con un poquito de destreza, las herramientas adecuadas y mucho cuidado puedes crear con ella una lámpara de sobremesa bonita y original.
Protégete bien y ¡dale al bricolaje! Solo tienes que perforar el vidrio por un lateral para poder pasar el cable y sacarlo por el cuello de la botella para unirlo al portalámparas. Después, con un poquito de cola, pega el casquillo y coloca una pantalla: si puedes reutilizar alguna que ya tengas en casa, ¡mejor que mejor! Por último, coloca la bombilla y ¡que se haga la luz!
¿Los peques ya duermen en su camita? Si no vas a donarla para que otros papás puedan aprovecharla, reutilízala convirtiéndola en su primer escritorio. ¡Es muy muy fácil! Solo tienes que poner la base del colchón en su posición más baja y luego retirar uno de los laterales: este será el lugar en el que colocarás la silla.
Hazte con un tablero de madera para crear el sobre de la mesa y apóyalo. En cualquier espacio de bricolaje te cortarán una pieza a 60 x 120 o 70 x 140 cm (las medidas estándar de las cunas).
¿Qué haces con el lateral sobrante? Te damos dos opciones:
colocarlo en la posición media de la cuna: de esta forma ganarás un estante bajo el sobre en el que dejar los libros y el material escolar.
llevártelo a otro sitio como, por ejemplo, ¡al baño! Retira algunos de los listones para que haya más espacio entre ellos, apoya la barandilla en la pared y úsala para colocar las toallas. Es sencillo, bonito y muy práctico, ya que al quedar las toallas estiradas se secarán más fácilmente.