El proyecto de la casa de Ana incluía decorar el salón comedor y un recibidor, la habitación de matrimonio con un pequeño vestidor y las dos habitaciones de los niños, adaptadas cada una de ellas a los gustos y a la edad de cada uno de ellos.
Al entrar en la casa de Ana, nos encontramos con un espacio abierto en el que debía ubicarse un salón y un comedor. Así que Laura Álvarez ha creado un pequeño espacio de recibidor para recibir como se merece a las visitas y tener una pequeña zona de almacenaje donde dejar los objetos personales. Tan solo se ha incorporado una bonita consola de madera y un espejo en forma de venta para crear este coqueto rincón que da la bienvenida.
Una vez dentro, está el comedor y el salón. Ambos decorados en tonos suaves y claros, para aportar mayor luminosidad y amplitud, donde los tonos tierra son los protagonistas.
En el comedor se ha optado por una preciosa mesa de cristal con las patas de madera, que ayuda a aportar mucha fluidez al espacio, gracias a su ligereza. La acompañan unas sillas tapizadas en un elegante beige y una original lámpara muy moderna para iluminar esta zona. Sobre la mesa, se ha añadido un par de jarrones, también de cristal, que aportan un toque decorativo al espacio sin sobrecargarlo, gracias a la transparencia de su material. En la pared, se ha añadido un par de cuadros de alegres colores que aportan la nota de color a esta zona, junto a algunas plantas que acercan la naturaleza al interior. En uno de los extremos del comedor se ha añadido también una bonita vitrina de madera, donde guardar los enseres propios de esta estancia.
En la zona del salón, se ha seguido la misma gama cromática, con colores claros de tonalidades tierra. Lo que más destaca de esta zona es un cómodo sofá en forma de L en tono beige, repleto de muchos cojines de diferentes colores que van del azul marino al crema más pálido. En la pared del TV se ha optado por incorporar paneles acústicos de listones de madera hasta la mitad de la pared, aportando así mucha calidez al espacio.
En un rincón se ha creado una pequeña zona de lectura con una lámpara de arco con pantalla y una cómoda butaca con cojines.
La habitación de matrimonio también sigue con la misma tonalidad cromática. Unos colores que le confieren al dormitorio un ambiente relajado y calmado. La pared principal se ha empapelado de un elegante papel pintado con textura que destacas sobre un cabecero tapizado en beige, a juego con la ropa de cama. Unos textiles salpicados de cojines en tonos verdes y un plaid a tono, que aportan color a la zona de descanso.
Al encontrarse la cama entre dos columnas, las mesillas de noche no son muy grandes. Pero lo suficiente para realizar su función. Son de madera y colgantes para conseguir la sencillez y ligereza que se pretende.
El dormitorio cuenta con una pequeña zona de vestidor, separada del resto por un banco con almacenaje, y delimitada por una alfombra.
Los dormitorios de los dos niños son diferentes. Mientras que el del niño mayor se ha decantado por colores como el verde y el amarillo, la pequeña de la casa cuenta con una habitación en rosa y blanco.
El primer dormitorio destaca por tener una pared pintada de un elegante verde botella que contrasta con los muebles en blanco y detalles en amarillo, que aparecen en los cajones de una cama nido y en una divertida alfombra que cubre gran parte de la habitación. En la pared, frente a la cama, se ha creado una zona de estudio con una mesa y una silla ergonómica, así como un banco con extra de almacenaje.
La habitación de la niña destaca por tener en la pared principal una arcada pintada en rosa junto a un papel pintado de estampado suave del mismo tono. La cama, también nido como la del hermano, y unas cuantas baldas situadas junto a la ventana, son de color blanco. Dada la edad de la pequeña, en lugar de la zona de estudio, en su habitación se ha creado una zona de juegos con una mesa y sillas de su medida, delimitadas con una alfombra en tono rosa que cohesiona la decoración.
