Pero no te preocupes, porque te vamos a dar 5 tips para que diseñes una habitación infantil de menos de 8 m² con todo lo necesario para hacerla el lugar especial para los más pequeños de la casa.
La mejor manera de conseguir una mayor amplitud visual es apostando por una base de tonalidades suaves y claras que aporten más luminosidad a la habitación. En el caso de los niños, los tonos pastel son un gran acierto. Piensa en un verde salvia, en un rosa empolvado, en un azul cielo o un amarillo mantequilla, por ejemplo. Con ellos conseguirás además un ambiente muy calmado, importante para que el niño se relaje y descanse correctamente.
Además, son una base perfecta para después poder añadir otros tonos más llamativos que le aporten más personalidad a la habitación y ese toque divertido que todo espacio infantil necesita. Son tonos que casan muy bien con otros más estridentes. Eso sí, estos últimos debes incorporarlos solo como acento, en cojines, ropa de cama, cuadros o elementos decorativos concretos.
Al tratarse de un espacio de pocos metros cuadrados, es importante elegir muebles que sean multifuncionales, como camas con almacenaje, incorporar baldas colgadas en la pared o cómodas con cajones amplios donde guardar toda su ropa.
Es importante también la elección de la cama, y más si se trata de una habitación compartida entre varios hermanos o donde albergar algún amiguito invitado. Una buena solución es pensar en literas o camas nido que ocupan menos espacio de la superficie y cumplen su función.
Los niños necesitan jugar y divertirse para poder desarrollar su creatividad y dejar volar su imaginación. Así que es imprescindible dejarles un hueco en su habitación para que puedan jugar a sus anchas.
En el caso de las estancias pequeñas, una buena opción es dejar el espacio central de la estancia despejado para dejarles espacio para jugar. Las camas y los muebles es mejor situarlos contra la pared. Y en el caso de contar con dos camas, situarlas en forma de L, haciendo coincidir cabeza con cabeza, en lugar de dos camas situadas una al lado de la otra, que ocupan mucho más espacio.
La zona de juegos debe contar con una alfombra para que puedan tirarse por el suelo sin pasar frío, así como muebles a su medida para que aprendan a ser independientes. Es decir, mesas y sillas de su tamaño o estanterías de su altura para que puedan coger o guardar ellos mismos sus juguetes.
Cuando son muy pequeños es buena idea que tengan una mesa y unas sillas de su tamaño para empezar a motivarlos a dibujar o hacer cosas que luego les facilite su hábito de estudiar. A medida que crecen debes ir adaptando su rincón de estudio a sus necesidades. Pero es imprescindible contar con una mesa, una silla ergonómica y una buena iluminación. Algo que realmente no ocupa mucho espacio y puedes ubicar en cualquier rincón. Si puedes situarlo bajo una ventana, muchísimo mejor, ya que así contarán con la entrada de luz natural, que es mucho más saludable que la artificial.
Un espacio pequeño es importante que esté ordenado, porque si hay muchos tratos de por medio, el espacio parecerá mucho menor de lo que ya es en realidad. Así que es casi imprescindible contar con lugares donde guardar todos sus juguetes y libros. Piensa en cestas o en baúles que ocupan poco espacio y caben en cualquier rincón, pero cumplen con creces su función de almacenaje. También puedes optar por baldas o estanterías colgadas de la pared, aprovechando así el espacio vertical.
