Buenas noticias: ¡artificial ya no significa plástico! En el mercado existen otras opciones como la silicona, el látex o algunos tejidos como el terciopelo que imitan muy bien la textura de las plantas naturales. De entre estas opciones, la número uno -y también la más cara- es el látex. Para crearlas se utilizan moldes de plantas reales y se consiguen resultados súper realistas: ¡te aseguramos que te costará darte cuenta de que es una planta artificial a simple vista!
El mantenimiento es mínimo: puedes utilizar un limpiador específico, pero suele ser suficiente con llenar un bol con agua y unas gotas de jabón neutro y sumergir la planta un ratito para eliminar el polvo sin arrastrarlo.
¡Sácalas del armario! Además de dejar libre un espacio en los armarios que te resultará muy útil para guardar menaje menos vistoso, las tazas son, por sí solas, un elemento deco: colocadas a la vista dan a la cocina esa sensación de “casa vivida” que aporta calidez a una estancia funcional como la cocina.
Te damos tres opciones:
un soporte para colgar: si tienes baldas vistas en la cocina, coloca en una de ellas un soporte para tazas. Tienen forma de pinza y solo tienes que deslizarlo hacia el fondo del estante. Algunos de ellos llevan un pequeño tornillo con el que fijarlo a la balda, pero también los hay sin él. Antes de colocar las tazas, asegúrate del peso que puede aguantar.
un soporte de sobremesa: los hay de metal (los negros están muy muy de moda) y en madera. Estos soportes tienen, también, espacio para colocar los platitos de las tazas.
Puedes crear en la cocina un rinconcito agradable con todo lo necesario para tomar un café o un té: coloca el soporte junto a la cafetera o la tetera y una bandejita con los cafés, las infusiones, el azúcar y, -¿por qué no?- algunos dulces.
una barra con ganchos directamente a la pared: esta opción es facilísima, sencilla y bonita. Solo tienes que colgar una barra para accesorios de cocina en la pared y unos ganchos específicos para tazas, ¡nada más! Puedes colgar de la barra algún otro accesorio, como una cestita en la que colocar los sobres de las infusiones o los filtros de té, por ejemplo.
Toma nota de estos números: 100-120 cm de ancho, 60-75 cm de profundidad y 70-75 cm de altura.
Para no equivocarte, hazte las siguientes preguntas: ¿qué objetos van a estar siempre encima de la mesa (ordenador de sobremesa, lámpara…)? Haz una lista y presta atención al volúmen que ocupan. Una vez colocados sobre el tablero, debe quedar un espacio vacío de al menos 70-50 cm para colocar libros, apuntes, etc.
Luego piensa en lo siguiente: ¿qué herramientas deben estar a su alcance pero no necesariamente sobre la mesa? Responder a esta pregunta te ayudará a encontrar la respuesta sobre si necesitas o no una mesa compartimentada (con cajones inferiores, por ejemplo) o si con el tablero y cuatro patas es suficiente por ahora.