¿Cómo, todavía no sabes lo que puede hacer por ti? Echa un vistazo a este proyecto real de uno de nuestros clientes. Es el mejor ejemplo de alguna de las maravillas que nuestros diseñadores pueden hacer en tu hogar. Un antes y un después que te demostrará cómo puedes pasar de tener un salón comedor anticuado, viejo y sin vida, a un espacio moderno, elegante y lleno de estilo. Atrévete a darle un giro total y transformarlo, como en este proyecto.
Este salón comedor se había quedado parado en el tiempo. Los tonos y los muebles de los años 80 lo hacían triste y sin nada de estilo. Las paredes, empapeladas en un amarillo chillón, no ayudaban. Ni tampoco los muebles de color negro, la alfombra marrón o el sofá de un verde oscuro. Todo resultaba muy apagado, a pesar de lo llamativas que eran las paredes.
En el comedor la cosa tampoco mejoraba. Había una mesa de cristal, muy moderna en su época, pero que ahora resultaba anticuada, acompañada de unas sillas que no ayudaban a que el espacio tuviera estilo.
Sin embargo, tras pasar por las manos de Paula Alonso, diseñadora de Livitum, el lugar se ha convertido en un lugar totalmente diferente. Moderno, con mucho estilo, fresco y muy luminoso. ¿Cómo? Usando tonos neutros y sofisticados, muebles funcionales y minimalistas, una iluminación cálida y acogedora, y añadiendo alguna planta para traer el exterior al interior y para darle algo de color al ambiente.
La zona del salón ha invertido su posición, colocando el sofá en la pared opuesta en la que antes se encontraba el mueble, y a la inversa. De esta forma, se ha evitado una columna que impedía colocar un sofá más grande. Ahora, en cambio, se ha instalado un precioso sofá con chaise longue en tono beige, con gran cantidad de asientos.
La zona se ha delimitado por una alfombra, también de color claro, sobre la que se ha colocado una bonita mesa de centro redonda, con el sobre en blanco y las patas de madera. Un material que se repite en un mueble bajo para el televisor, situado en la pared de enfrente, en la que también se ha pensado en una gran planta, situada precisamente en ese hueco entre la columna y la pared en la que antes había una estantería que afeaba el rincón.
Las paredes se han pintado de un color neutro que aportan mucha luminosidad y amplitud al espacio, al tiempo que cohesionan una decoración de tonos suaves, salpicada de toques de madera que le aportan mucha calidez a la estancia.
En la zona del comedor, la madera también está presente con una bonita vitrina, a juego con el mueble del televisor del salón, en la que guardar todos los enseres del comedor. Así que resulta muy funcional, pero también muy estilosa.
La mesa del comedor es de madera, conjuntada con unas sillas tapizadas en tono claro, también con las patas de madera.
Otra de las cosas a tener en cuenta en este diseño son los cuadros que decoran las paredes. Detalles que marcan la diferencia, ya que son sutiles, pero imprescindibles para elevar la decoración. En la pared del sofá se han optado por un par de láminas abstractas de unos tonos muy similares a los del sofá y la alfombra, con el marco de madera, conjuntando de nuevo toda la propuesta. Mientras que en el comedor, las láminas son algo más llamativas, para darle un poco más de color a esta zona.
La iluminación elegida es otro de los factores que marca la diferencia entre el antes y el después de este espacio. Ahora, se ha optado por una iluminación mucho más acogedora y cálida, a través de unas bonitas lámparas. Como la colgada sobre el sofá, de metal dorado y cristal, que le aporta mucha sofisticación al diseño, o una lámpara de pie, situada junto al sofá, ideal para una luz de ambiente más relajado.