Para que eso suceda es muy muy necesario que el espacio esté ordenado, que te permita dejar tus cosas nada más llegar y encontrarlas rápidamente de nuevo cuando tienes que salir y que sea un lugar agradable. Todo esto se hace especialmente importante cuando se trata de recibidores mini.
Como verás a continuación, hay varios aspectos que debes tener en cuenta para crear un mini-recibidor funcional y bonito que no tienen nada que ver con comprar muebles de poco fondo o pintar la pared de una forma concreta para que parezca más alargada: se trata de recursos muy sencillos que van a permitirte tener la más bonita de las bienvenidas a tu pequeña casa.
El mayor foco de desorden en el recibidor es el perchero colocado en la entrada de casa. Lo más habitual es que quede absolutamente oculto bajo un montón de abrigos, chaquetas, bolsos… La solución pasa por un cambio de hábitos: deja en el perchero de la entrada únicamente aquello que vayas a volver a necesitas la próxima vez que salgas. Si vas a cambiarte de abrigo o de bolso, llévalo al armario ropero.
Escoge un modelo de pared: ocupan menos espacio que los de pie. Puedes colocar dos o tres iguales y colgados a la misma distancia entre ellos si estás buscando un espacio en el que prime el equilibrio y la armonía y que te aporte serenidad nada más entrar en casa. Si quieres darle un pelín de dinamismo, juega a colocarlos a diferentes alturas.
Si el recibidor es cuadradito, puedes dedicar un rincón a crear una mini-zona de asiento a modo de descalzadora. Será suficiente con una silla sencilla que puedas colocar sobre una alfombrita redonda de fibras naturales o, si lo prefieres, un banquito de madera natural sobre el que colocar uno o dos cojines no muy voluminosos. Si prefieres esta segunda idea, opta por un modelo que tenga algún hueco o balda de almacenaje: te permitirá cambiarte de calzado al entrar y mantener el suelo limpio durante más tiempo.
Si el recibidor es alargado y estrecho, es muy probable que no dispongas de espacio a nivel de suelo para colocar un mueble. Recuerda que, en casa, es muy importante que nada entorpezca el paso y respetar las zonas de circulación. Así es que, si este es tu caso, ¡trabaja en altura!
Aprovecha las paredes para colocar uno o dos percheros a 120 cm del suelo y utilizarlo para dejar las bolsas de la compra o el paraguas al llegar. Puedes colgar de uno de los ganchos un cestito de mimbre y usarlo a modo de vaciabolsillos.
Más arriba puedes colocar baldas para el pequeño almacenaje: mantén el orden ayudándote de cajas u otros accesorios. Recuerda que es importante que tampoco haya ruido visual en esta zona de la casa.
Si la entrada a casa está en una zona que queda en penumbra, asegúrate de iluminarla bien para que sea cómoda. La mejor opción es colocar una lámpara colgante suspendida del techo: son muy decorativas y no ocupan espacio a nivel de suelo. Fíjate bien en la bombilla para que la luz que emita sea agradable (mejor neutra o cálida en esta estancia) e ilumine todo el espacio de forma homogénea.
Si piensas en introducir un mueblecito, ten en cuenta su peso visual. Los muebles visualmente más ligeros son los más adecuados para espacios pequeños. Fíjate en los que se sostienen sobre unas patas altas, los que no tienen trasera o aquellos que tienen las puertas y los frentes de los cajones de cristal, de malla de gallinero o de rejilla.
Introduce alguna planta colgante o a nivel de suelo si tienes algún rinconcito que no puedas aprovechar. Llegar a casa y encontrarte con ese rincón natural seguro que te producirá una sensación de bienestar al momento. Evalúa el nivel de luz del que dispones y pregunta en tu floristería qué especies pueden sentirse cómodas viviendo allí.
¿Conoces esa sensación de entrar en un espacio y respirar profundamente un agradable aroma? Te transporta directamente a otro lugar, ¿verdad? Busca ese efecto en casa. Investiga y prueba con varios olores hasta encontrar ese que es el tuyo: ¿patchouli? ¿nag champa? ¿lavanda? Puedes aromatizar el recibidor con un ambientador en stick o recurrir a un difusor para hacerlo de manera uniforme. De forma más puntual, a modo de refuerzo, puedes encender una velita aromática o utilizar un quemador de aceites esenciales.