Para que no te ocurra eso, toma nota de algunos conceptos a tener en cuenta para elegir el tipo de iluminación perfecta según el tipo de habitación y según el ambiente que quieres crear en ese espacio. Aunque no lo creas, eligiendo un tipo de iluminación u otra obtendrás resultados muy dispares, que hará resaltar o hundir tu diseño de interiores.
La clave está en jugar con la intensidad y la temperatura de la luz. Con ello conseguirás crear ambientes muy acogedores y cálidos, ideales para salones y dormitorios, y espacios más fríos y funcionales, perfectos para zonas de trabajo, como la cocina o la oficina.
Para medir la temperatura de color de una fuente de luz se emplea la escala Kelvin. La temperatura más baja aporta ambientes más cálidos y corresponde a bombillas o Leds que emiten hasta 3.000ºK. Es esa luz más amarillenta. Mientras que a mayor temperatura de color, el ambiente se torna más frío, con bombillas y Leds superiores a los 6.000ºK, pensados para zonas como la cocina, el baño o zonas de trabajo. Es esa luz más blanca y azulada.
Para que te hagas una idea, que te sirva de referencia, la luz que emite una vela se corresponde a unos 1.500ºK.
Una vez tengamos clara la temperatura de color que mejor se ajusta a nuestras necesidades, entra en juego la intensidad. Es decir, si queremos más o menos luz. Ahí es cuando hablamos de lumens, candelas y de watios. Los primeros corresponden al brillo o flujo luminoso que desprende esa luz en todos los lados. Las candelas es la intensidad de la luz en cierta dirección. Mientras que los watios es la energía que consume la luminaria. Según sea el tipo de fuente de luz, Led, fluorescente, halógena o incandescente, existe una relación de lúmenes por watios diferentes.
No te agobies, no es tan complicado como parece. Solo has de elegir el tipo de luz que quieres, cálida o fría, y la intensidad de iluminación según el espacio. No es lo mismo iluminar la cocina, donde necesitas mucha luz para cocinar, que un salón donde vas a relajarte. Así que para la primera usará una iluminación con más lúmenes y más fría, mientras que en la sala de estar la luz será más cálida, con menos lumens, y de menor intensidad.
Otra cosa importante a tener en cuenta es la superficie de la habitación. Cada rincón debe estar suficientemente iluminado. De manera que has de pensar en colocar diferentes puntos de luz si la superficie es muy grande y una sola lámpara es incapaz de iluminar todos los metros cuadrados. Siempre es bueno jugar con varias luces. Una más general, y diferentes puntos que iluminen zonas concretas.
Antes de comprar cualquier lámpara primero debes detenerte a pensar para qué la necesitas. Si es para tu zona de lectura deberá ser más intensa que si es para iluminación general de la habitación. Del mismo modo, en la mesa del comedor debes apostar por luminarias más focalizadas sobre la mesa, porque a todos nos gusta ver lo que comemos En el dormitorio con una luz general cálida sobre la cama bastará, mientras que si te gusta leer antes de dormir necesitarás un foco o sobremesa que te proporcione la luz adecuada para no perder detalle de tu libro.
También has de tener en cuenta otros aspectos que hacen que una misma superficie necesite más o menos luz. Dependerá, por ejemplo, del color de las paredes o de los muebles, ya que con tonos muy oscuros, deberás escoger una luz con más lúmenes porque el color se come parte de la iluminación. Igual que si la luminaria tiene una pantalla, ya que ésta también tamiza un poco la luz. Sin embargo, en este último caso debes tener en cuenta que, como generalmente estas pantallas son de tela, no puedes poner una bombilla de mucha intensidad, ya que puedes quemarla.
