Ideas de distribución para dormitorios infantiles llenos de encanto

Llegó uno de los momentos más emocionantes en la decoración de una casa: adornar y organizar el dormitorio infantil. ¿Cómo resolver la distribución de manera correcta? Te contamos todo en el siguiente artículo para que diseñes una habitación ideal.
Publicado por Laura Pou · 25 de septiembre de 2025
Ideas de distribución para dormitorios infantiles llenos de encanto

Una de las etapas más emocionantes en la decoración de una casa es la adaptación de un dormitorio para los más pequeños de la casa. Ya sea que tengas un niño o más, siempre resulta un instante divertido donde podemos echar a volar la imaginación para crear un entorno infantil de lo más agradable. 

Sin embargo, la distribución de muebles y accesorios no es algo menor. Aunque puede que sea la parte “menos” divertida, es fundamental si queremos un ambiente seguro para los niños. Hoy te contamos cuáles son las claves para distribuir correctamente el dormitorio de los más pequeños. 

1. Antes de mover un mueble: medir, observar y decidir

Lo primero que debemos hacer al enfrentarnos a un dormitorio infantil es calcular medidas y espacio disponible. Puedes empezar haciendo un pequeño croquis en una libreta. Luego, revisa y anota medidas como el ancho, el largo y la altura del dormitorio, así como la posición de la ventana, la puerta y los enchufes. 

Como referencia, un paso cómodo requiere entre 70 y 90 cm libres: con esta medida ya podrás decidir cuál será el pasadizo dentro del dormitorio. Ten en cuenta que la cama no debe bloquear la apertura de la puerta ni pegarse a la ventana si esta se sitúa a baja altura. 

2. Define espacios para jugar y dormir

Si hay algo que define a la mayoría de niños, es su curiosidad y su amor por el juego. Por eso, independientemente de su edad, es importante que el dormitorio cuente con un espacio para jugar. Define la zona de juegos con tonos suaves, una alfombra lavable que les permita usar el suelo con seguridad y un buen almacenamiento para sus juguetes. Mejor todavía si utilizas materiales más saludables como maderas, lanas suaves o algodones. 

En el área de descanso, puedes colocar otra alfombra bajo la cama y así separar visualmente el espacio. Procura que la cama se ubique lejos de la puerta de entrada y, si se localiza muy cerca de la ventana, coloca cortinas que bloqueen la luz solar correctamente para que los niños descansen bien durante la noche y la madrugada. 

3. La distribución de la cama: clave para un buen descanso

¿La cama perfecta no existe? No lo sabemos exactamente, pero lo que sí debería ser perfecta es la distribución y el lugar que ocupa este mueble tan importante. Ten en cuenta que,  normalmente, una cama de 90x190 cm será suficiente para un niño o un preadolescente. También puedes probar con una cama baja o una cama tipi que facilita la autonomía de los pequeños. 

En cualquier caso, es recomendable colocar la cama con un cabecero tapizado o protegido y siempre donde se pueda ver la puerta mientras se está acostado. Añade alguna lámpara de lectura orientable como un flexo y evita radiadores o corrientes directas.

4. Un rincón de estudio, ¿es siempre necesario?

Siempre que tengas espacio disponible, es conveniente colocar un espacio de estudio. Una mesa o escritorio de 100 a 120 cm de ancho, con patas regulables o estructura elevable, puede ser ideal. Para facilitar la comodidad y cuidar la salud cervical de los niños, la silla debe ofrecer respaldo estable. Si los pies no apoyan, un reposapiés soluciona la postura. Coloca el tablero junto a la ventana con luz lateral, nunca a contraluz; un flexo articulado concentra el haz sobre el papel sin reflejos. Sobre la mesa, una balda con panel perforado o rieles mantiene tijeras, lápices y cintas fuera del tablero y a la vista.

5. Almacenamiento inteligente y a prueba de niños

Por último, pero no menos importante, debemos distribuir correctamente las zonas de almacenamiento. Mantener el orden en una habitación infantil es uno de los grandes retos de esta estancia. 

Empieza por un armario bien distribuido, con una barra baja para que ellos alcancen su ropa y unos cajones con separadores que eviten el revoltijo. Completa el perímetro con módulos bajos y ligeros. Para guardar juguetes y libros, es mejor colocar estanterías a ras de suelo, a la vista y al alcance de los niños. 

Es aconsejable usar cajas transparentes o que lleven iconos de lo que guardan dentro. Así, podemos incluir a los niños en el proceso de recoger sus propios juguetes y favorecer su autonomía. Finalmente, si la habitación lo permite, prefiere una cama con cajones o con canapé para aumentar la capacidad de almacenaje.

 

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