Al tratarse de accesorios son fácilmente reemplazables, lo que te permite jugar con ellos siempre que quieras sin desembolsar mucho dinero. No es lo mismo cambiar un mueble, que cambiar un cojín. De ahí que su gran versatilidad te permita transformar espacios a tu antojo.
Como nos es cuestión de que con cada cambio de tiempo tengas que redecorar todo tu hogar, los complementos como los cojines, las alfombras o las cortinas pueden ser una gran solución. Ellos pueden adaptarse mejor a la estación del año en la que nos encontremos. Pasando de tejidos más ligeros y suaves en verano, a otros más regios y gruesos en invierno. De estampados florales en primavera, a colores más sobrios en otoño. De visillos en las ventanas en verano, a cortinas gruesas en invierno. Es así de fácil y sencillo.
Las tendencias cambian a un ritmo cada vez más vertiginoso. Por ello, en ocasiones es difícil conseguir que tu hogar esté a la última moda. Pero si, en lugar de pintar las paredes, añade los tonos o los estampados tendencias de la temporada a través de los textiles, tu hogar estará siempre a la última sin mucho esfuerzo y dinero.
Es fácil cambiar las fundas de cojines o las cortinas, añadir una alfombra o sustituirla por otra de más tendencia. Siempre te resultará más sencillo que hacer un cambio radical al diseño de tu casa.
Pero, más allá de seguir las tendencias o adaptar tu casa a las estaciones, estos complementos textiles son geniales por otros motivos. Los cojines, por ejemplo, son ideales para crear ambientes acogedores y confortables. Además de ser útiles para la comodidad de la espalda, estéticamente dan sensación de confort, ya los pongas en el sofá del salón o en la cama del dormitorio.
Además, con sus colores y estampados puedes ayudar a cohesionar diseños, convirtiéndose en el mejor acento para dar color a tu decoración.
Las alfombras son geniales para mantener los pies calentitos y dar un poquito de calor en invierno, pero además son ideales para delimitar espacios. Sobre todo, cuando diferentes funcionalidades comparten el mismo espacio. Por ejemplo, el salón con el comedor o el dormitorio con el vestidor. Con las alfombras puedes separar ambos espacios sin que haya ninguna separación entre ellos.
Son ideales para la habitación de los niños, para que campen a sus anchas y no te tengas que preocupar por lo frío que esté el suelo.
Además, al igual que los cojines, la elección de un tono u otro, puede ayudar a cohesionar y unificar una decoración. Por ejemplo, eligiendo un estampado que contenga los tres colores predominantes en la decoración de esa estancia.
Posiblemente si has viajado por el mundo te has dado cuenta que gran parte de los países no usan cortinas en sus ventanas. Para ellos sería un claro, cortinas, no. Sin embargo, aquí estamos acostumbrados a ellas desde siempre. Primero porque nos gusta nuestra intimidad. Segundo, ayudan a tamizar la abundante luz solar que entra por las ventanas en ciertas horas del día. Y tercero, evitan la entrada tanto de calor en verano como de frío en invierno. Así que es un sí rotundo a las cortinas.
Pero más allá de todas esas funciones, lo cierto es que con las cortinas también puedes crear espacios muy interesantes. Unas cortinas estampadas de colores llamativos pueden ser el contrapunto perfecto para una habitación sobria que destaca por sus tonos neutros. También pueden pasar totalmente inadvertidas al camuflarse con el color de las paredes, ampliando visualmente el espacio. O, al igual que las alfombras y los cojines, ayudar a cohesionar la decoración según los colores del diseño. Bien sea porque en ellas se ha usado el color de acento o porque en su estampado cohabitan los tonos elegidos en el resto de la decoración.