7 claves para diseñar un salón escandinavo

El estilo escandinavo es una de las grandes tendencias en el mundo del diseño y la decoración de interiores. Su sencilla calidez, un aire minimalista y la luminosidad lo convierten en un estilo muy beneficioso para vivir un día a día confortable. 
Publicado por Laura Pou · 29 de agosto de 2022
7 claves para diseñar un salón escandinavo

Justamente gracias a que el estilo escandinavo tiene el foco puesto en el bienestar y la vida tranquila, resulta una guía perfecta para decorar un salón, la habitación donde vamos a pasar tiempo de calidad y relajación. En este artículo te damos ocho claves esenciales para que puedas diseñar tu salón inspirado en el elegante estilo nórdico. 

 1. Ante todo, sencillez

No debemos sobrecargar demasiado el salón si queremos encontrar el estilo perfecto. Nuestra tendencia más básica a la hora de elaborar un diseño suele ser la de buscar llenar cada uno de los espacios, y la deberemos reprimir un poco si queremos lograr nuestro objetivo.

La norma del menos es más es clave en el estilo escandinavo, así que empieza por aquí. Simplificar la decoración es una forma de focalizar la atención en los elementos realmente importantes, o sea que la cantidad de objetos que componen un diseño debe ser la mínima para evitar el abarrotamiento. 

Las líneas de los muebles también deben estar acorde con la sencillez: rectas, prácticas, sin complicaciones, sin salirse demasiado de lo básico, y encontrando algún denominador común entre ellos. La homogeneidad es clave para crear armonía, así que hay que evitar aquellos elementos que destacan por encima de los demás. 

2. El blanco es la base

Los colores neutros y claros son los que predominan en los ambientes de estilo nórdico, y el blanco es el rey de estos colores. Esto se debe a que en los países escandinavos las horas de sol no abundan y las casas deben estar preparadas para absorber toda la luz que sea posible. 

Pero no tiene que ser todo de color claro, está bien que haya algún toque de color. El blanco predomina en paredes y en los muebles de mayor tamaño. Los complementos que pongamos encima de la base clara darán un estilo más rústico o contemporáneo, según lo que busquemos. 

Al final, los elementos distintivos que aportemos serán lo que le de el toque diferencial a nuestro salón y lo que marcará hacia donde queremos dirigir nuestro diseño, hay que encontrar aquellos que se adapten mejor a nuestros gustos. Salirse un poco de lo más común a la hora de elegir estos tampoco debería suponer un problema, siempre que casen bien con nuestra base.

3. Colores nórdicos

En la línea de lo que acabamos de apuntar, hay algunos colores que también son muy populares como colores secundarios en una decoración de estilo escandinavo. El gris, por ejemplo, da un aire más sofisticado al estilo, mientras que los tonos tierra aportan una sensación de recogimiento y confort natural que nos hará sentirnos más cálidos cuando estemos dentro.

Los colores secundarios también deben ser suaves –no queremos estridencias en un estilismo nórdico-, pero puedes jugar con distintas intensidades e incluso añadir alguna nota de colo que destaque por encima de las demás, como un verde pistacho o un amarillo mostaza (siempre con una relativa sutileza y sin que represente una gran parte de la sala).

4. Detalles en negro

Aunque parezca una contradicción respecto a lo que hemos dicho hasta aquí de los colores, el negro es también una parte importante en el estilo escandinavo. Eso sí, con mucha medida y en lugares muy pensados, hay que conseguir introducirlo de manera en que no altere demasiado la estética y el equilibrio del salón.

El negro ayuda a dar profundidad al espacio que, de otro modo, puede quedar muy plano debido a la neutralidad de todos los colores. Utilízalo en detalles: en las patas de una mesa auxiliar, en algún estampado de los textiles o en una lámpara, ya que esto también nos servirá para resaltar indirectamente el resto de tonalidades.

5. Que no falte la amplitud

La sensación de amplitud y de estar en un espacio despejado es muy importante en el estilo nórdico, ya que a través del orden lograr esa sensación de bienestar tan valorada. Esto se consigue utilizando muebles de baja estatura que no ocupen mucho espacio y quitando todos los elementos que no sean esenciales. 

El poner muebles demasiado altos nos puede jugar una mala pasada y generarnos una sensación claustrofóbica que se cargue la armonía del salón, hay que ser bastante cauteloso en la elección de estos para tratar de potenciar la espacialidad de la zona.

Otro truco es asegurarte de que siempre haya una distancia considerable entre los distintos elementos que configuran el espacio. De este modo, mantendrás despejadas las zonas de paso, siempre habrá espacio abierto y disponible, y evitarás una acumulación excesiva. 

6. Fibras naturales

El estilo nórdico puede ser muy sobrio o puede tender más hacia un naturalismo. Si te gusta más la segunda opción, para dar sensación de bienestar y confort, incorpora complementos hechos de fibra natural, como el mimbre o el yute. Puede ser una lámpara, una mesita auxiliar o una alfombra. 

Estos pequeños detalles nos permiten darle a nuestra decoración un aspecto mucho más fresco y natural a partir de elementos simples y elegantes, manteniendo el estilo base y sin realizar cambios excesivos.

7. No te olvides de la naturaleza

Para el estilo nórdico es muy importante mantener la presencia de la naturaleza. El verde de las plantas, además, ayuda a dar ese toque de color al estilismo tan neutro, pero lo hace de una forma tan natural que no rompe la buscada sensación de paz. 

Jugar con las distintas tonalidades de las plantas nos puede servir para romper ligeramente un diseño elemental, siempre buscando una buena distribución que no nos provoque una carga excesiva en ningún punto.

No se trata de reservar un rincón entero para poner plantas, ya que nos iríamos a un estilo más selvático / industrial, pero sí de dar algunos toques alrededor de la estancia para aportar frescura y color.

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